20 diciembre, 2017

Sin libertad ni igualdad no hay Democracia

Balance de las principales políticas públicas implementadas por el gobierno de la Alianza Cambiemos en su segundo año de gobierno.

Al cumplirse el segundo año de gestión del gobierno de Mauricio Macri, la Fundación Encuentro elaboró un informe con el objetivo de sistematizar el análisis de las principales políticas públicas que se han llevado adelante durante 2017.

DOS AÑOS DE RETROCESOS
Por Martín Sabbatella

Cierra otro año muy difícil y angustiante para los sectores populares. Un año significativo en término de retrocesos, porque se acentuó el proceso de exclusión y privación de derechos y libertades, iniciado hace dos años, cuando el empresario Mauricio Macri asumió la presidencia de la Nación. Pero, además, 2017 quedará en la historia por algunos acontecimientos que definen claramente la identidad de esta etapa. Las muertes de los jóvenes Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, en el marco de represiones brutales de las fuerzas federales para garantizar los privilegios de las elites terratenientes, dan posiblemente las notas más tristes, junto a la tragedia aún no esclarecida del submarino ARA San Juan y sus 44 tripulantes. En el caso de los dos pibes perseguidos, arrinconados y muertos en Cushamen y el Lago Mascardi está clara la voluntad del Gobierno de emprender a sangre y fuego el exterminio de los derechos de los pueblos originarios. Se da en el mismo contexto represivo y persecutorio que el Gobierno de Macri monta en cada manifestación popular –en las que además se ocupa de infiltrar violentos para luego intentar justificar la golpiza y cacería policial-, en cada reclamo gremial o en cada marcha en la que se reivindican y defienden derechos de las mayorías populares y los sectores discriminados.

Asimismo, más allá de las responsabilidades que puedan o no caberle a este Gobierno en la desaparición del submarino y su tripulación, lo cierto es que Macri evidenció de nuevo la crueldad de su gestión a través de la manipulación informativa con la que intentó engañar a la sociedad y en particular a los familiares, negando datos, montando un show con la asistencia de otros países y tratando de derivar culpas hacia el Gobierno anterior.

Pero sería injusto destacar esas muertes por sobre otras, menos públicas, menos difundidas, menos vertiginosas e igualmente graves. Me refiero, por ejemplo, a los incesantes casos de femicidios, cuya contracara gubernamental es la reducción de los recursos destinados a la lucha contra la violencia de género. Pero también al incremento en la tasa de mortalidad infantil, como un indicador terrible de las consecuencias que tiene la paulatina y constante reducción del presupuesto destinado a Salud, decidida por el Gobierno de Cambiemos.

Mientras se cumplen dos años de la gestión, Macri se dispone a dar tres pasos fundamentales que también derivarán en el deterioro de la calidad de vida de los argentinos y argentinas con menos recursos económicos. Se trata de las reformas tributaria, previsional y laboral, que en estas horas son discutidas en el Congreso de la Nación y que el Gobierno quiere imponer inmediatamente. Esas reformas significan una mayor y más acelerada transferencia de recursos desde los sectores más humildes y las capas medias hacia las elites más privilegiadas. En la práctica es, por ejemplo, sacarle 100.000 millones a los jubilados para compensar las pérdidas que el Estado tiene por la reducción de tributos a los agroexportadores o a los que quieren comprar autos de alta gama. Es decir, la plata que el Estado saca del sistema previsional o de los programas para prevenir el HIV o de la educación pública va a parar a los bolsillos de los sectores más enriquecidos y especuladores del país, a los que la familia Macri pertenece. Esa transferencia de dinero, similar a la padecida en el pasado, también derivará en muchas más muertes por desigualdad planificada. El mismo horizonte trágico que tiene la destrucción del aparato productivo nacional y de numerosas fuentes de trabajo que dejan a la intemperie a cientos de miles de familias.

Por otra parte, otro dato insoslayable de este segundo año del Gobierno de Cambiemos es el perverso avance sobre las instituciones democráticas y, consecuentemente, sobre las libertades individuales que aquellas deberían garantizar. El macrismo no solo copó de operadores de corporaciones y poderes especulativos todos los organismos del Estado, empezando por la Casa Rosada. Además, tiene un programa explícito y muy avanzado de absolutización del Poder Judicial. Juicios sumarios con votaciones tramposas para presionar y desplazar a jueces independientes como el platense Luis Arias o la exprocuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, son contemporáneos del arribo de macristas desembozados a cargos en tribunales federales y el Consejo de la Magistratura.

Debe inscribirse en esa misma línea, la clara articulación gubernamental con los artilleros judiciales que tienen la tarea militante y rentada de demoler hoy al kirchnerismo -empezando por Cristina Kirchner- y, seguidamente, a cualquier espacio político o dirigente que se atreva a levantar la voz contra el plan de exclusión y desigualdad. La escena persecutoria, plagada de denuncias falsas y presos políticos como Milagro Sala, Amado Boudou, Julio De Vido, Carlos Zannini, Luis D’Elía, Fernando Esteche y muchos otros y otras injustamente detenidos, se completa con la consolidación del poder de los medios hegemónicos macristas y la paulatina asfixia y desaparición de radios, canales, portales, diarios y periodistas críticos e independientes. El rol de ambos –partido judicial y partido mediático- ha sido central en la estrategia del macrismo para demoler dos pilares de la Democracia como son la Igualdad y la Libertad.

Por último, este 2017 también tuvo otro dato político sobresaliente: el surgimiento de Unidad Ciudadana, el espacio nacido en la provincia de Buenos Aires con el cual Cristina Fernández de Kirchner volvió al Senado de la Nación, y que reunió a dirigentes de diversas tradiciones y culturas políticas y trayectorias en movimientos gremiales, identificados con la defensa de los intereses y derechos populares frente a este descomunal avance de las corporaciones y las elites. A pesar de la persecución, de las mentiras, de la manipulación inédita con la que buscan mancillar su imagen, menguar su popularidad y desplazarla de la escena pública, Cristina demostró en las recientes elecciones y demuestra cada día que cuenta con un contundente respaldo de la sociedad, en especial de gran parte de las víctimas del plan de ajuste y exclusión implementado por Macri. Ese apoyo popular la ratifica como la líder más importante de la oposición y es muestra de una vigencia temible para los objetivos del Gobierno, que respondió con más represión y más persecución hacia ella y todos los opositores y opositoras.

A dos años de haber comenzado su gestión, ya quedaron definitivamente enterradas las falsas promesas de luchar contra la corrupción, reducir a cero la pobreza, bajar la inflación, lograr inversiones genuinas, eliminar el déficit fiscal, multiplicar el empleo, mejorar las jubilaciones y pensiones o reconstruir el diálogo. El único logro concreto que Macri puede mostrarle a quienes lo votaron en 2015, de todo lo que se comprometió durante aquella campaña, es la persecución a opositores. Todo lo demás, lo empeoró. Los temas que estaban en camino de ser resueltos, que aún estaban pendientes, se agravaron. Y derechos esenciales o cuestiones centrales que habíamos logrado instaurar durante la llamada década ganada, fueron destruidos; como el desendeudamiento, la soberanía nacional, el desarrollo de la industria nacional, la integración regional, los programas de inclusión sociosanitarios y habitacionales, la pluralidad de voces y muchos otros etcéteras más que son el fundamento del amor que une al Pueblo con Cristina.

El análisis y la reflexión sobre este presente, que están excelentemente resumidos en esta publicación de la Fundación Encuentro, son motivadores para el desafío de seguir fortaleciendo la identidad partidaria y sentirnos cada vez más orgullosos y orgullosas de ser kirchneristas. Pero además son herramientas fundamentales para ampliar nuestro espacio, acompañar y representar más y mejor a las numerosas víctimas de este presente y avanzar con amplitud, sin ningún tipo de mezquindad ni actitud soberbia, en la búsqueda de la unidad del campo nacional, popular y democrático y armar un gran frente opositor de todos los que tenemos voluntad de frenar el saqueo del macrismo.

Así como ahora nos toca reflejar desde publicaciones como ésta el derrotero triste de esta embestida reaccionaria contra los sectores populares, no tengo dudas de que pronto estaremos escribiendo nuevamente las páginas maravillosas de nuestra historia, con la conquista y consagración de derechos económicos, sociales, civiles y culturales; con la reedificación de una Democracia que solo adquiere sentido si se asienta sobre las bases de la Igualdad y la Libertad.

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