“Los trabajadores y trabajadoras de Carboclor son víctimas de este Gobierno, víctimas de su política económica y de la decisión de interrumpir la protección al empleo y la producción que existió hasta hace dos años”, señaló Martín Sabbatella quien se reunió esta tarde con los despedidos y despedidas de esa compañía química, que acampan en las inmediaciones de la planta de Campana. En junio, la compañía de capitales uruguayos, cerró el establecimiento y dejó en la calle a alrededor de 128 operarios, afectando además a proveedores y comercios de la zona. “Los despidos no son un problema para el Gobierno; son parte de su plan económico, un plan que tiene como condición bajar lo que llaman ‘el costo laboral’, es decir los salarios y la cantidad de personal que tienen las empresas”, consideró el dirigente de Unidad Ciudadana.
“El Gobierno se propuso que los argentinos y argentinas le tengan miedo al desempleo y lo logró -opinó Sabbatella-. La gente vive con temor a ser despedida, porque sabe que el país cambió; sabe que las fábricas producen menos, que los comercios venden menos y que el sector de servicios está muy mal porque la economía está en picada. Es una situación muy desesperante para todos los trabajadores y trabajadoras, y especialmente para quienes ya se quedaron sin empleo, para los que llegaron a su fábrica y se encontraron con las persianas bajas o con su nombre en la lista de despedidos”. “Pero no se puede naturalizar que, cada día, cientos de familias se queden sin ingresos. Es una situación muy grave y angustiante. Y en ese marco, Unidad Ciudadana expresa la esperanza de poder frenar a Macri, de frenar esta política económica que deriva, indefectiblemente, en millones de hogares destruidos por la pobreza y el desempleo”, agregó.
La situación de los trabajadores de Carboclor se suma a la de otros 500 despedidos en los últimos meses en la industria química, en firmas como Atanor, Linde, Quipro o Argofina. En el norte de la provincia de Buenos Aires, la situación se agrava además con la paralización de la central nuclear Atucha, dispuesta por el Gobierno nacional, y que derivó en más de 1.000 trabajadores y trabajadoras sin empleo.
“Ya vivimos esta historia; estas mismas recetas fueron las que llevaron a Argentina a la crisis de 2001. Por eso hay que parar a tiempo, antes del abismo social, para poder recuperar el país y ponerlo en el camino del desarrollo con inclusión. Es posible hacerlo”, opinó el referente kirchnerista y concluyó: “Estas elecciones son importantísimas para darle una señal al Gobierno nacional de que los argentinos y argentinas no estamos dispuestos a pagar la fiesta de los ricos y los especuladores, que son los grandes beneficiarios del presente”.