18 agosto, 2025

Pensar nuestra Patria hoy y un día cualquiera en la lucha por la independencia en 1814

Trabajo abreviado de la presentación de la profesora Marisa Aída Toscani en las Jornadas organizadas por la Asociación Cultural Sanmartiniana de Rancagua

¿Cómo se construyó la gesta sanmartiniana y donde estuvieron las mujeres? 

Pensar una fecha como este 17 de agosto  no significa solamente pensar que en un día como hoy murió el general San Martín. Sí, en cambio cabe preguntarse ¿Cómo se construyen esas grandes gestas? Al correr la imagen construida por la historia mitrista encuentro las respuestas al rescatar al San Martín como hombre político que usó las herramientas del estado para emprender la causa independentista. En consecuencia, San Martín como primera medida solicitó ser nombrado gobernador de Cuyo. Una vez en el cargo se ocupó de convocar al pueblo, a ese conjunto de hombres y mujeres  marginados, los subalternos del poder, los pueblos originarios, los negros/as  esclavos  o libertos. A todos los que tenían grabada  en su historia una experiencia de lucha contra la opresión desde la llegada del español a América. Esa memoria fue el factor fundamental que  los impulsó a adherir de manera fervorosa y de forma inmediata a la causa independentista. Pero también negoció u obligó a contribuir con la causa revolucionaria a los poderosos aunque reconoció y definió con cierta sorna que es dificultoso  “ablandar la indolencia de los pudientes” 

¿Pero dónde están en nuestra Historia los grandes conjuntos de pueblos constituidos por hombres y mujeres en los relatos históricos?

¿Cómo entender las movilizaciones revolucionarias, las guerras, los amplios movimientos populares al quedar opacados tras los enormes héroes?

Recién en el siglo XX las Ciencias Sociales comienzan a tensionar y a discutir esos lugares prevalentes de las grandes figuras masculinas.

Es entonces que los escenarios de la Historia empiezan a poblarse de trabajadores, de sectores subalternos, de mujeres y los acontecimientos cobran nuevos sentidos. Contraponiéndose a la historia tradicional deudora de Mitre que escondía las mayorías. 

Perón señala en su libro Apuntes para la Historia militar  que el Ejército de los Andes fue una de las primeras expresiones de unidad y organización ya que fue financiado y apoyado por múltiples sectores de Cuyo como de otras provincias. Donde estaban incluidas mujeres y varones, campesinos, comerciantes, agricultores, artesanos y todos aquellos que abrazaran la defensa de un territorio liberado de la dominación del absolutismo español.

El Ejército de los Andes no fue solo una fuerza militar, sino una empresa nacional, de profundo contenido moral y patriótico. Constituyó una  guerra popular y continental porque las Provincias Unidas del Río de la Plata no hubiesen podido sostenerse sin haber vencido a los realistas en su bastión principal como era el virreinato del Perú. Lo continental de San Martín se demuestra en su alianza con quienes compartían sus objetivos independentista, con Simón Bolívar, con O´Higgins, con los caudillos como Güemes, Bustos, López y desobedece la orden de luchar contra Artigas. A diferencia del gobierno de Milei que busca alianzas con los países poderosos y con declaradas  políticas imperialistas.

San Martín en su cargo de gobernador se abocó a fortalecer el Estado y  promover el crecimiento de esa economía para lo cual estableció acuerdos en especial con Buenos Aires para lograr ubicar en ese mercado la producción regional. Para alcanzar esos objetivos  incentivó los cultivos en las sementeras del estado mejorando las condiciones de riego. Impulsó la explotación minera para obtener bórax, azufre, plomo, plata, sal y entregada a la fábrica de armas a cargo del fraile Luis Beltrán que contaba con 700 trabajadores.

 Las medidas adoptadas dieron como resultado la expansión económica regional que posibilitó la organización de un ejército capaz de derrotar a las fuerzas realistas.

Pero si bien los ejemplos de patriotismo son conmovedores y abarcan a hombres y mujeres, en este trabajo me referiré especialmente a ellas. La razón entre otras, porque las mujeres hemos sido las que más tardíamente hemos aparecido en los escenarios históricos al igual que el bajo pueblo o sectores subalternos ocupado por grandes mayorías femeninas.

¿Qué papel jugaron las mujeres en la organización del ejército de los Andes y en su gesta para el logro de la independencia de América del Sur?

En su convocatoria a la población cuyana San Martín justipreció y puso en valor los saberes y las características culturales previos tanto de varones como de las mujeres. Eso fue así  pues se buscó resolver las necesidades del equipamiento del ejército con los recursos humanos y los elementos materiales provistos por la región cuyana y de otras provincias. Evitando así recurrir a la importación de elementos desde el exterior salvo en casos extremos. Esta conducta se opone a lo resuelto por el Estado de Buenos Aires a partir de 1852 donde actuaba Mitre que la provisión del ejército lo resolvieron contratando empresarios que importaban trajes de Europa y otra parte con costureras locales pero con telas importadas.

Actuación de las mujeres en la gesta independentista 

Tareas de inteligencia

Una contribución de relevancia realizada por las mujeres tanto cuyanas como chilenas fue la tarea de espionaje pues anticipaban los movimientos del enemigo, además de trasmitir mensajes falsos que confundían a los realistas. Además, por el prestigio de que gozaban también funcionaron como articuladoras entre el ámbito militar y la comunidad donde vivían.  De esa manera consiguieron donaciones en dinero y especias imprescindibles para el ejército.

Sus esfuerzos también abarcaron las tareas de adoctrinamiento a fin de lograr convencer a los pobladores que apoyen la causa revolucionaria.

En esas tareas se registraron mujeres con el cargo de Maestras de Postas lugares de refugio que jalonaban el recorrido entre una población y otra. Desde ese lugar controlaban cualquier movimiento de personas y tropas enemigas y facilitaban el traslado de batallones patriotas. Fueron muy valiosos sus aportes por su conocimiento de los caminos y los pasos cordilleranos a Chile que posibilitó el cruce de los Andes realizado de forma sigilosa sorprendiendo al enemigo y alcanzando el triunfo patriota.

Algunos nombres de Maestras de Postas fueron rescatados como Eulalia Calderón Posta Yalguaraz (SanJuan), Mercedes Sanchez Posta de Jocoli (Mendoza) ,Carmen Ureta Posta de Picheuta (Mendoza) ,Lucía Miranda Posta en la ruta de Uspallata (Mendoza) 

Otras mujeres como Rafaela Riesco organizaron campañas para conseguir ropas, alimentos, mantas, mulas y recursos económicos en San Juan para asistir al Ejército. Además de encargarse de las viudas y familias de los soldados patriotas.

Otra mujer muy popular fue Martina Chapanay, una mestiza hija de un cacique huarpe y una cautiva. Fue muy  hábil en todas las destrezas gauchas y participante del bandolerismo rural si bien repartía su botín con los pobres. Al enterarse que el Ejército de los Andes cruzaría la cordillera se presentó ante San Martín y se ofreció como chasqui  para llevar mensajes entre los distintos batallones. Cumpliendo su tarea con enorme eficacia.

También la mujeres chilenas contribuyeron al sostenimiento de la causa independentista en la tarea de inteligencia Una fue la joven denominada Chingolito quien  logró intimar con el gobernador Marcó del Pont y mediante tácticas de seducción obtuvo valiosa información para el ejército patriota. 

Diferente fueron las historias de María Vargas y Gertrudis Alegría. Al ser descubiertas y acusadas de espías fueron recluidas en la cárcel ubicada en la isla Juan Fernández en el sur de Chile, donde sufrieron durísimos castigos. De ese lúgubre lugar fueron liberadas por el ejército patriota y llevadas en triunfo junto a los otros prisioneros.

 Voluntarias como soldados

Entre las voluntarias a ingresar a ejército estuvo Josefa Tenorio una esclava que vivía en Tucumán. Al enterarse el general San Martín prometía la libertad  a los esclavos que participaran del cruce de los Andes y de las batallas por la independencia, a su  regreso se les concedería su emancipación. La oferta de una libertad tan anhelada la impulsó a presentarse en el campamento del Plumerillo  vestida de varón. 

Si bien en el ejército de los Andes no se recibían mujeres el general Las Heras la acepta confiándole una bandera para que lleve y defienda. Por este hecho, se la conoce como «la abanderada del Ejército de los Andes». Al finalizar la campaña le escribe a San Martín reclamando su libertad. Este da la orden de registrarla en el primer sorteo para liberar a esclavos/as.

También se recuperó la Historia de Francisca (Pancha) Hernández  una puntana que solicitó en 1820 ingresar al ejército. Una vez aceptada por el General San Martín acompañó  a su marido  durante toda la campaña en Perú integrando el Escuadrón Sagrado. 

Participó en las batallas de Junín, de Ayacucho y en 1827 la encontramos en la Banda Oriental del Uruguay  luchando en la batalla de Ituzaingó durante la guerra contra el Brasil.

Uno de los pocos escritos que se recuperaron sobre esta heroína puntana es el del General Espejo, quien la describe como: “Mujer argentina, fuerte, decidida, leal a su bandera y a la causa americana. Capaz de luchar por su patria como un soldado y de amar un hombre hasta el sacrificio.”

 

Confección de uniformes

San Martín como gobernador se encargó de la logística a partir de la cual se organizó la confección de la vestimenta del ejército de los Andes. Contó con la ayuda de su esposa Remedios quien acompañada de las esposas de otros oficiales y otras damas mendocinas articuló y coordinó las distintas tareas. Y si bien no actuó en la confección de uniformes sirvió de puente entre las autoridades del gobierno y el ejército con las mujeres responsables que vistieron al Ejército. Esas mismas damas fueron las encargadas de coser y bordar la bandera de los Andes llevada en triunfo por el ejército. 

En la elaboración de los trajes militares participaron mujeres que en su mayoría pertenecían a los sectores más humildes: comunidades indígenas, mestizas y criollas pobres pero, donde se incluían las damas de la elite y desarrollando cada grupo diferenciadas tareas. La diversidad socioeconómica provocó tensiones y conflictos entre las participantes que puso en riesgo la culminación de la tarea. Se sumaban otras dificultades como lo escaso del tiempo para confeccionar tantos uniformes, la falta de costureras y de telas, cueros  y el presupuesto siempre exiguo.

Para dar solución a las problemáticas que se presentaban se recurrió al trabajo forzado en muchos casos o como tributo patriótico, como fue el trabajo de las mujeres encerradas en la cárcel. Se las llamaba las peladas corruptas pues estaban rapadas por una cuestión de higiene pero en particular porque era un castigo humillante. Las largas cabelleras eran un signo de belleza femenina.

Otro grupo que participó de manera eficaz en la confección de uniformes lo constituyeron las comunidades indígenas. Fueron en parte las mujeres originarias quienes elaboraron la tela de bayeta con lana de oveja, llama o guanaco y las tiñeron  aplicando conocimientos ancestrales utilizando plantas originarias del Valle de Uco, Lavalle, la zona de Guaymallén y también en el sur de San Juan y San Luis. Por ejemplo para obtener el azul característico del uniforme patriota se utilizaban las hojas del peñian. En este trabajo se rescató el nombre de una india huarpe llamada Magdalena.

A modo de conclusión

Al recuperar estas historias heroicas donde un pueblo se organiza dirigido por un patriota como San Martín para ganar su derecho a la libertad podemos inferir que no ha sido inocente este ocultamiento por parte de la historia oficial. Si los ciudadanos y ciudadanas de hoy conocieran todo lo que desde el Estado argentino se pudo construir en beneficio de las mayorías nunca hubiesen apoyado con su voto a un candidato que prometía la destrucción del Estado. 

Las huellas dejadas por San Martín acompañado por miles de hombres y mujeres nos señalan que las grandes gestas por las cuales el pueblo accede a una vida digna se logra con el esfuerzo mancomunado de todes en la unidad de pensamiento para la unidad en la acción.

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