El partido judicial ha decidido intervenir directamente nuestra democracia generando un daño enorme a nuestro sistema político.
La decisión de la Corte de suspender las elecciones en Tucumán y San Juan, en ambos casos respondiendo a presentación judiciales hechas por la oposición política de dichas provincias, marca un precedente nefasto para nuestra democracia. Lo que está haciendo la Corte es intervenir en el proceso electoral y limitar el derecho del pueblo a elegir libremente a sus representantes.
Ya no quedan dudas de que la Corte, como gran parte de este sistema judicial, cumple órdenes del poder real de nuestro país y junto con su brazo político y mediático conforman un engranaje dispuesto a secuestrar la democracia con tal de que prevalezcan sus intereses y privilegios.
El avance de la Corte, cuyos integrantes son investigados por el Congreso de la Nación, se enmarca en este proceso de persecución y hostigamiento a Cristina Fernández de Kirchner que derivó en su proscripción.
De ninguna manera nuestro sistema político puede tolerar que se le arrebate al pueblo el derecho a elegir a sus gobernantes.