La decisión, tomada por decreto, va en contra de las leyes vigentes. Cualquier proyecto de venta parcial o total debe pasar por el Congreso de la Nación, de manera que solo la anuencia del Poder Judicial puede evitar el fracaso de esta nueva estafa de Milei.
Quizás se trata de una maniobra para obtener divisas en un momento en el que el país se dirige nuevamente a la ruina por asfixia de dólares. Tal vez encubre un nuevo negociado de los libertarios con el que buscan otra vez enriquecer a jugadores de la timba financiera. Puede ser, además, que se trate de una cortina de humo para distraer a la sociedad en el momento en que el propio presidente es protagonista de un escándalo internacional pocas veces visto. De cualquier modo, sea cual fuera el o los motivos que conducen a Milei a avanzar en la entrega de la principal entidad bancaria de los argentinos y argentinas, lo cierto es que es una medida ilegal e inaceptable.
El Banco de la Nación Argentina sostiene en gran medida a pequeñas y medianas empresas y contribuye desde 1891 al crecimiento y la producción nacional, a sus economías regionales y a la vida de millones de familias. Solo un Gobierno edificado sobre un plan voraz de negocios personales es capaz de querer robarle a los argentinos y argentinas una institución con la trayectoria y la incidencia social y productiva del BNA.
Está claro que el BNA es una entidad sólida y rentable, con miles de trabajadores y cientos de sucursales en todo el país, que no requiere de fondos estatales para funcionar, pero que necesita del Estado para su regulación y para cumplir con el rol para el que fue creado. Tiene estándares de calidad altos y una importante participación en el mercado financiero. En resumen, el Banco Nación es un botín nada despreciable para aquellos que se enriquecen haciendo negocios con el presidente Milei, su hermana y colaboradores; negocios cuyos retornos están hoy en las páginas y las pantallas de todos los medios serios del mundo.
Por eso, decimos NO a la entrega del Banco Nación. El escándalo de la cripto estafa de Milei debe ser esclarecido y no puede ser encubierto con nuevos negociados. La falta de divisas no se soluciona con el remate de los recursos, las entidades y las empresas nacionales que hicieron, hacen y harán grande al país. Los negocios privados de los especuladores que ocupan y visitan la Casa Rosada no pueden hacerse a costa de la enajenación del presente y el futuro del Pueblo y de la Patria.