En tiempos donde la crueldad es ley, no alcanza con no ser indiferente, es necesario oponernos fervientemente a un modelo corrupto, extractivista, empobrecedor y represivo. Es necesario construir una nueva sensibilidad que abrace a todes aquellxs que nos duelen las injusticias. No es suficiente no ser machista, homofóbico, facho o racista, los tiempos actuales nos exigen ser profundamente transfeministas, ecologistas, humanistas y antifascistas. Todo lo que el poder señala como «cáncer» son los fundamentos básicos para una sociedad más justa y humanitaria. En esa pelea sabemos de qué lado nos encontramos, ayer, hoy y siempre. Con orgullo militante de ser todo lo que ellos odian.
Al miedo lo conjuramos con más transfeminismo popular
Nos venimos organizando y construyendo resistencias al proyecto perverso de Milei y su grupo de saqueadores seriales. Sabemos que a nivel global nos encontramos frente a un capitalismo financiero que nos quiere separadxs, solxs y con miedo. La única manera de lograr una sociedad mejor, es construyendo un proyecto de comunidad que tenga en el centro la vida y la dignidad.
A 40 años de la recuperación democrática: Orgullo es libertad, visibilidad, respeto, reconocimiento y celebración de nuestras identidades y familias. Nuestro Orgullo no se negocia. Orgullo es igualdad en dignidad y derechos. Es bandera y conquista de nuestra democracia.
Son nuestras redes transfeministas las que nos sostienen ante tanta crueldad. Contra las Fuerzas del hambre: organizaciones sociales, políticas, sindicales y comunitarias, tejemos alianzas contra el plan saqueador de Milei. El ajuste deshumano que está realizando este gobierno profundizó la desigualdad y el acceso a los bienes básicos, además de rifar nuestros bienes naturales. ¿Quiénes son los verdaderos intrusos en el desalojo del Gobierno Nacional a los pueblos indígenas?. Ante tanta narrativa de lo descartable, de lo destruible, de lo extraíble, de lo explotable, las comunidades indígenas son quienes defienden el agua, la biodiversidad y caminan la palabra cierta.
Tenemos la obligación ética y el mandato histórico de cambiar el paradigma dominante que legitima a maltratadores y abusadores. Hoy mas que nunca, ante un Gobierno que utiliza la pedofilia como metafora politica, nos organizamos para hacer valer los derechos de las infancias y lxs más vulnerables.
No nos vamos a cansar de decirlo: el odio mata. El Gobierno Nacional, promueve y legitima los discursos de odio, negando las violencias por razones de género y eliminando toda la política pública que la aborde. Lo hace hambreando a nuestro pueblo y empeorando las condiciones de vida de las mayorías, en un contexto de crecimiento de la indigencia, dejando a millones de personas en la intemperie.
Porque portamos las claves de otras resistencias.
El Orgullo de nuestras Abuelas y Madres de Plaza de Mayo que nos señalan el camino.
El Orgullo de piqueterxs que tramaron una salida del 2001 y nuestras madres que sostuvieron los trueques al frente.
El Orgullo de nuestras lideresas qué nos trajeron hasta acá. De Lohana, de Diana, de Carlos Jauregui.
Como dice nuestra compañera Mónica Macha “Ahora mismo nos toca resistir, organizar la esperanza y dar una conversación pública sobre la necesidad de construir una comunidad con igualdad frente al avance de la opresión de género, la supremacía blanca y la violencia del capital”.
Por las claves de las nuevas tramas, por la seguridad de poder comer, tener un techo y una vida digna. Sin miedo. Ese es nuestro derecho y una y otra vez lo vamos a reclamar. En la calle y en cada red solidaria que tejemos todos los días, en todos los rincones de nuestro país.
Hoy más que nunca, por todxs, nos movilizamos, porque no queremos volver al pasado.
Como nos enseñó CFK, frente a la adversidad: ¡pecho y coraje!