Esta semana una verdadera “cortina negra” cubre Rosario luego de que se produjeran incendios en islas pertenecientes a la provincia de Entre Ríos. El fuego arrasó con toda la flora y la fauna que estaba a su alcance. Concretamente ya se quemaron más de 300 mil hectáreas en todo el Delta.
El fuego provoca efectos directos e indirectos que son difíciles de cuantificar en lo inmediato. Los incendios afectan a la vida en todos los niveles de organización del ecosistema, los cambios en el hábitat que provocan influyen en las poblaciones y comunidades mucho más profundamente que el propio fuego.
Es prioritario promover la investigación y la realización de un programa de relevamientos y monitoreos in situ de las áreas afectadas, que actualice la información referente a las consecuencias inmediatas y la situación de las poblaciones que habitan esos territorios. De esta manera se podrá contar con datos confiables para evaluaciones a mediano y largo plazo que son imprescindibles para el diseño de estrategias de mitigación y restauración de los hábitats.
Necesitamos que la justicia investigue y avance con firmeza sobre aquellxs productorxs y empresarios que están detrás de este verdadero ecocidio, que además repercute negativamente en el sistema de salud porque en los últimos días aumentó la demanda por complicaciones respiratorias.
En este sentido respaldamos la denuncia penal realizada contra quienes provocaron intencionalmente los incendios en la zona de las islas del Delta del Paraná. La denuncia fue presentada ante el fiscal federal de la ciudad de Victoria, Entre Ríos.
Acompañamos las expresiones de los pueblos que durante estos días se movilizan exigiendo el cese de los incendios, el cuidado del ambiente y el esclarecimiento de los hechos. Asimismo, consideramos fundamental para la Argentina que se retome en la agenda del Congreso el tratamiento de la Ley de Humedales y su implementación efectiva en el marco de políticas ambientales soberanas, integrales, populares y activas.